El escenario económico pospandémico ha sido desafiante para las empresas, presionándolas a que busquen formas de mejorar sus resultados financieros sin incurrir en pérdidas relacionadas con la calidad de los productos y servicios, la experiencia de los clientes, etc.
No es novedad y desde hace algunas décadas las empresas utilizan las tecnologías digitales para aumentar su productividad y reducir costos. Y en este contexto, explorar las posibilidades de aumentar la eficiencia mediante la digitalización de sus modelos operativos a través de la HiperAutomatización es un camino que deberían seguir todas las organizaciones.
Desde 2020 es presentada como tendencia por Gartner y considerada por los especialistas, dada la complejidad del escenario actual, como el futuro que se hará presente a corto o medio plazo.
De acuerdo con Gartner, el mercado mundial de la hiperautomatización alcanzará los 600.000 millones de dólares en 2023, con un crecimiento superior al 25% desde 2020. De 2017 a 2022, se invirtieron más de 5.000 millones de dólares en startups tecnológicas, incluyendo lenguaje natural e inteligencia artificial.
Las aplicaciones son innumerables y van desde la búsqueda de la excelencia en los modelos operativos y de gobernanza hasta la hiperpersonalización de la experiencia del cliente. Esto es posible mediante el uso de tecnologías de vanguardia como la Inteligencia Artificial (IA) y la Automatización Robótica de Procesos (RPA, por su sigla en inglés), el aprendizaje automático y otras tecnologías emergentes que, combinadas, pueden mejorar exponencialmente negocios complejos que antes eran difíciles o imposibles de automatizar.
La hiperautomatización está alineada con las principales necesidades estratégicas de las empresas y garantiza mejoras significativas en calidad, productividad, eficiencia, escalabilidad, experiencia del cliente, gobernanza/cumplimiento, reducción de costos/eficiencia y agilidad.
Y a pesar de todos los beneficios potenciales, hay muchos retos relacionados con la complejidad de la implantación a los que deben enfrentarse las empresas, como la falta de infraestructura digital, la escasez de mano de obra cualificada, la resistencia al cambio, la seguridad de los datos, la integración con los sistemas heredados, el cumplimiento de la normativa en algunos sectores y la gestión de costos.
Varios estudios señalan que las empresas latinoamericanas aún poseen un bajo nivel de operaciones digitales y, ya sea por desconocimiento o por deficiencias en la planificación, cuando se deciden a hacerlo, sus proyectos acaban incurriendo en mayores gastos de los necesarios.
La hiperautomatización se está convirtiendo cada vez más en una realidad impuesta a las organizaciones, tiene el potencial de transformar los procesos de negocios permitiendo a las empresas ser más eficientes, productivas y competitivas, y aquellas que aborden adecuadamente todos los retos de la adopción obtendrán una ventaja significativa en sus respectivos mercados.